lunes, 25 de junio de 2012

La caja roja

Hoy abro el armario para sacar mi guitarra y me quedo finalmente sentado en la silla, frente a la pantalla con mis manos sobre el teclado. Lo que sucedió fue que me encontré con una caja roja. Una caja que fue muy valiosa y se había convertido en la caja de archivos mensuales de amor.
Pero hoy la miro y me doy cuenta que es la caja de las promesas incumplidas, los sueños desechados y oraciones inconclusas con palabras sin sentido.


Cuanta tinta gastaste, cuanto papel manchaste, cuanta cartulina cortaste y pegaste, y cuantas otras dibujaste. Todo innecesario a fin de cuenta, de hecho hubiese cambiado todo eso porque hoy estés acá, y todo lo que prometiste lo hubieses convertido en realidad.
Hoy me cierra el porque de tus actitudes, puesto que deje de ser importante y solo te importa que algo mio no intervenga con tu imagen. Va, te importas mucho vos, más de lo normal para una persona. No soy quien para reclamártelo, mucho menos ahora. Solo me da repugnancia y me alejo.


Solo me queda la caja de las promesas incumplidas y junto a ella puedo decir que hay una sola cosa que escribiste y si es realidad; EL PUNTO Y A PARTE.