Las noches

La noche es el momento más puro del humano, 

es la magia secuenciada en pequeños en momentos. 

La noche tiene de todos los condimentos habidos y por haber. Es el fiel reflejo de lo que somos y lo que queremos ser. Se presta para pensar hacia dónde queremos ir y qué fue lo que hicimos ayer o hace unos años. La noche es así, saca lo mejor de vos o lo peor. Te da los mejores momentos, las pérdidas de noción más espectacular o te ubica cuando te encontras sólo con vos, sólo con tu otro vos. Aquél, vos y ella, el fiel recuerdo de lo que ya no va a ser, nunca más.

La noche está llena de alegrías cuando te rodeas de lo que te hace bien. Pero llena de nostalgia a flor de piel cuando escuchas aquella canción que no fue, el beso y el aroma que no recordas más o la foto del momento que nunca se hizo real. Estás ahí, parado frente a la resplandeciente tristeza de saber que los que no están y querías que fueran inmortales, harán que los recuerdos más hermosos se hagan infinitos. 

La noche se hizo para sacarse la capa y la careta del día. Sacarte aquellos que mostraste frente a los demás y desnudar tu lado más sentimental. Tu vos en su mayor expresión, bailando las melodías eufóricas y abrazando la libertad. O tu otro vos, el que se escapa con aquellas cosas que dejaste de mostrar durante el día.

Escapando en una lágrima.

La noche es la magia hecha momento,
 la nostalgia de saber que podemos ser nosotros
y no lo que ocultamos de los demás.